La alopecia androgénica afecta tanto a hombres como a mujeres.
En España se estima que un 25% de mujeres premenopáusicas y un 40% de mujeres posmenopáusicas padecen este tipo de calvicie.
Aunque no parezca muy común, la alopecia androgénica femenina afecta a más mujeres de lo que parece.
Sin embargo, al pasar más desapercibida socialmente que en los hombres, puede resultar un tabú e incluso afectar negativamente a la autoestima y bienestar general de quien la padece.
A continuación te contamos más sobre este tipo de alopecia, así como los diferentes tratamientos que existen en la actualidad.
¿Qué es la alopecia androgénica y cuáles son sus causas?
La alopecia androgénica es el tipo de calvicie más común en España y afecta tanto a hombres como a mujeres.
Aunque de distinta forma, en ambos casos afecta de forma progresiva. En el caso de las mujeres no se pierde la totalidad del pelo, sino que ven reducida la cantidad. Sobre todo, en la parte superior y lateral del cuero cabelludo.
La miniaturización del pelo es una de las principales características de este tipo de calvicie. Esto ocurre cuando hay una alta sensibilidad a los andrógenos circulantes, lo que provoca la disminución de los folículos en fase de crecimiento (anágena) y el aumento de los que están en reposo (telógena).
Otro síntoma importante es el empeoramiento de la calidad del cabello, que va perdiendo fuerza y brillo.
Por lo general, las causas de la alopecia androgénica suelen ser genéticas y hormonales.
La incidencia de la alopecia androgénica femenina
Su aparición suele estar asociada al aumento de andrógenos, por lo que es más frecuente en mujeres de a partir de 60 años.
Pero no solo afecta a mujeres postmenopáusicas. Debido a la conexión de este tipo de alopecia con problemas hormonales, es posible que aparezca a la vez que la menstruación y que acompañe a la mujer a lo largo de sus ciclos hormonales.
Por este motivo, la alopecia androgénica puede afectar a mujeres jóvenes de entre 30 a 40 años.
En España se estima que un 25% de mujeres premenopáusicas y un 40% de mujeres posmenopáusicas padecen este tipo de calvicie.
Además, existe un síndrome llamado S.A.H.A. (Seborrea, Acné, Hirsutismo y Alopecia) con el que este tipo de calvicie está muy relacionada.
Otros desencadenantes importantes de esta calvicie son el estrés y los hábitos de vida no saludables como el tabaco, la mala alimentación o la falta de sueño.
Tratamientos de la alopecia androgénica en la mujer joven
El éxito de todos los tratamientos mencionados a continuación depende de la rapidez del diagnóstico, que sigue siempre unos pasos muy claros.
En primer lugar, se investigan los posibles antecedentes familiares y otras enfermedades relacionadas con la alopecia androgénica.
Al mismo tiempo, se valora el estado de la salud del cabello, midiendo la cantidad, el porcentaje de miniaturización y la posible presencia de grasa. Este diagnóstico se denomina tricograma o exploración tricoscópica.
También es común realizar un análisis de sangre para valorar el estado hormonal de la mujer y una ecografía para descartar posibles quistes en los ovarios.
Actualmente, no existe ningún fármaco que pueda revertir la calvicie definitivamente o a corto plazo. Sin embargo, existen tratamientos que recuperan los folículos atrofiados, desacelerando la pérdida de cabello y consiguiendo así, una estabilización de la calvicie.
Los tratamientos indicados para la alopecia androgénica se pueden clasificar en: orales, tópicos, infiltrados y láser de onda corta.
Minoxidil
Dentro de los fármacos orales y tópicos se encuentra el Minoxidil. Su efecto vasodilatador es muy eficaz engrosando y manteniendo el cabello de forma estable. Aunque sus efectos son muy potentes, pueden tardar varios meses en dejarse ver.
PRP
El Plasma Rico en Plaquetas consiste en inyectar plaquetas con factores de crecimiento en el cuero cabelludo de la persona afectada.
Estas plaquetas se obtienen a partir de una extracción de sangre del propio paciente. Estas liberan factores de crecimiento que ayudan a frenar la caída.
Carboxiterapia
La Carboxiterapia es un tratamiento de mesoterapia sin intervención quirúrgica. Se trata de introducir vía subcutánea e intradérmica dióxido de carbono para estimular el riego sanguíneo y conseguir que el pelo crezca.
Mesoterapia capilar
La mesoterapia consiste en introducir diversos fármacos, vitaminas y otros componentes para fomentar la revitalización y el crecimiento del cabello. Este tratamiento se realiza a través de la aplicación de unas inyecciones vía subcutánea e intradérmica, prácticamente indoloras.
Láser capilar
La Luz Láser de Baja Potencia (LLBP) es uno de los tratamientos capilares preventivos más exitosos del mundo. Se trata de un dispositivo en forma de gorra de uso domiciliario que favorece el crecimiento y disminuye la caída del pelo.
Este tratamiento actúa sobre el propio folículo piloso, previniendo la miniaturización de éste. El láser capilar de baja potencia acelera la mitosis (división celular) para conseguir que el pelo esté más tiempo en crecimiento y no caiga de manera prematura.
Gracias al empleo de esta técnica conseguimos activar la circulación sanguínea del cuero cabelludo, facilitando que la raíz del pelo se nutra de manera más rápida.
Todas estas medidas actúan ralentizando la pérdida del cabello y fortaleciendo el existente. Sin embargo, en ninguno de los casos, estos tratamientos funcionan para regenerar el cabello. Para esto, el único tratamiento posible es el trasplante capilar.
Estos tratamientos pueden combinarse entre sí, pero, para ofrecer un tratamiento adecuado, la persona deberá someterse previamente a un análisis.
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